[Tiempo de lectura: Lo que se tardaría en encontrar a Wally en su último viaje a Egipto]
Primero de todo quisiera reafirmar mi posición frente al concepto Döppelgangers, del alemán: «Doble» «Andante», un término que me voló la cabeza cuando lo descubrí por allá a finales de los 90.
Un chavalín de apenas 10 años, descubre que en algún punto de este vasto mundo tiene una «réplica de si mismo» o al menos a alguien con los rasgos faciales muy parecidos a los míos, y que mientras estás leyendo estás líneas estará, muy posiblemente, comprando el pan, cosa que todo el mundo sabe que a mí me gusta mucho. Si lo que tiene ser Döppelganger, es que mucha de las cosas que gusta a uno, puede gustarle al otro, o eso quiero pensar yo.
Pero ahora a lo serio, mi aventura para encontrar mi döppelganger sigue vigente, y no descansaré hasta encontrarlo (solamente para dormir mis 6 horas necesarias y alguna siesta por el camino), pero mi deseo de encontrarlo es primordial. Ahora bien, para poder hacer viaje de tan magnitud, será necesario un saco con billetes para poder hacer la pesquisa necesaria y viajar sin miedo a quedarte a medias sin encontrar tu doble (ya que a nadie le gustaría quedarse atrapado en un viña italiana mientras prueba os mejores vinos y busca a su gemelo separado al nacer… a nadie). Por esto traigo una idea de negocio para poder sacar adelante: El juego que une familias y crea comunidad, una versión del «Quién es quién?», pero con Döppelgangers. Es una idea redonda, sin flancos abiertos. Éxito asegurado, ¿no?
Eso sí, sería un juego 100% personalizable, se crearía mientras voy topándome con dobles de otras gentes conocidas. Se me acaba de ocurrir, crear un juego según avanza mi búsqueda. No puede salir mal. Bueno, mientras acabo de perfeccionar (si es que hace falta), esta brillante idea, iré actualizando mi cuaderno de Bitácoras con la búsqueda exhausta de mi Döppelganger. Os mantendré informados a todos. Corto y cambio.
· 19 JUNIO 2021 ·
MRC RCDR
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