– ¡He cometido un crimen horrible su señoría!
– ¿Qué hora es?
– ¡Ha sido algo horrible por mi parte!
– ¿Por qué me llamas a estas horas para confesar esto?
– He perdido el norte y no he sabido actuar con sensatez, por esto le llamo a primera hora.
– ¿Primera hora? Si ni siquiera se ha puesto el sol.
– Debe estar usted un poco desorientado s señoría por mi delito.
– ¿Qué es lo que ha hecho? ¿Y cuándo ha sido?
– El que no es tan importante su señoría. El porqué es lo que tendría en cuenta.
– ¿Quién hace aquí las preguntas?
– ¿Usted señoría?
– ¡Entonces conteste!
– Por ese maldito Tic-Tac.
– ¿Y qué tiene que ver un Tic-Tac en toda esta historia?
– Pues me estaba volviendo loco.
– ¿Y qué has hecho para que nos encontremos en esta situación?
– He tenido que…
– ¿Tenido que hacer el qué? No tenemos todo el tiempo…
– Al contrario su señoría… Desde hoy tenemos todo el tiempo del mundo.
– ¿Y eso por qué?
– Porque he matado, nada más y nada menos, que el tiempo.
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