THE MARCGUFFIN'S ROOM

LA POSIBILIDAD DE DEDICARME A ELLO SE ENCUENTRA EN UN 37,64%.

LA (AUTÉNTICA) FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE, NO MOLA

Ni pistas de bailes… Ni tupés que alcanzan alturas vertiginosas… Ni movimientos que pueden descolocar cualquier cadera. Ninguna de estas opciones, se podrían considerar factibles para formar parte de lo que conocemos como «Saturday Night Fever» o Fiebre del Sábado Noche, no nos engañemos.

Los que de verdad conocen el mismísimo infierno, los que hayan olido la casa arder desde dentro, sabrán muy bien que una Fiebre de Sábado Noche es sudar, tener temblores y en algunos casos, alguna que otra alucinación. Muchos, los que no han pasado por ello, saben que las 23h39 es la hora perfecta para el disfrute. Otros saben que el 39 solo representa sufrimiento. Un termómetro con esa cifra, y dile adiós a cualquier fiesta.

Y después que decir de la música, en una fiebre de sábado noche lo único que consigues distinguir en un estado febril alto, de la ya consagrada música de los «Bee Gees» son los gritos de agonía de cualquiera de los estribillos de la canción, los cuales te identificas al 100% en tu estado deplorable. Y ahora que lo pienso, menuda gracia que la propia canción se llame «Stayin’ Alive» cuando tu alma se desprende de ti a cada décima.

Pues bien, no hay Sábado Noche que valga si hay fiebre de por medio. Así queda constancia. Y ya puede venir el mismísimo Travolta y convencerme de lo contrario.

Y ya sea con fiebre o no, encima de una pista de baile o tapado hasta la boca en vuestras camas… ¡Disfrutad de este sábado Noche!

 

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