Caerte cruzando un paso de peatón. Romperte el pantalón cuando vas a recoger una lata del suelo en el supermercado. O peor aún, romperte el pantalón mientras juegas al Limbo. ¿Qué aún no te ha pasado ninguna de estas situaciones? ¡No te preocupes, eres joven! Ya te pasarán…
Intentar saludar a alguien y que ese saludo no sea correspondido. Darte la mano y que te choque el puño. O encontrarte dando un beso en la mejilla cuando solo te había pedido fuego o un abrazo, es el pan de cada día de aquellas personas que intentan interactuar con otra gente, y que no suelen cruzarse muy a menudo por sus vidas. Pero cuando lo hacen, el universo se alinea para que nunca se olviden de ti. No por tu verborrea, ni por tu simpatía. Si no por ese momento de “tierra trágame” (o en su defecto: suelo, acera, moqueta o todo aquello que haga referencia a lo que están en contacto con tus pies).
¿Te hace ser mala persona vivir un momento incómodo? ¿Merecerías ser juzgado frente a un tribunal que no tienen nada que hacer un domingo por la mañana? ¡Depende! Depende del apego que le tengas a la incomodidad como tal. La incomodidad se podría agrupar en tres grandes grupos (escribo grandes para que parezcan más importantes). Y esos son:
- ¿Las incomodidades te hacen pasar un mal rato y al cabo del día, ya te olvidas que las has vivido? ¡Entonces estás preparado para vivir una vida llena y feliz! Eres un espécimen único en el mundo.
- ¿La incomodidad te persigue como una sombra a lo largo de tu vida y te hacen despertar de tu siesta de dos horas con sudores fríos? Entonces eres como el 99,97% de seres humanos que les incomoda la incomodidad…
- ¿Te gusta la incomodidad? Quiero entrevistarte.
No importa de qué grupo formes parte. Vivir incómodo, estar incómodo y pasar incomodidad, es algo innato en el ser humano. Y uno de los 28 pecados con los que tenemos que enfrentar.
He de confesar que en parte me gusta la incomodidad, sobre todo si ocurre a los demás. Pero un silencio en el momento adecuado, una mirada perdida y encontrada por la persona equivocada o un pedo entrante en la tonalidad equivocada, hace de cualquier situación. Una maravilla de escenario en el que vivir.
Dejaos llevar por la incomodidad. Que se acomode a vuestro lado. Veréis que una buena incomodidad no muerte. Si que corta el viento. Pero al final del día, puede ser una buena compañía y una mejor entrada para BLOG.
… Y con esto. Creo. Solo creo: ¡Que ya estaríamos por hoy!
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