Me encuentro frente a una tesitura. ‘The Bear’ es mi droga. Mi única droga (bueno, aparte del café, claro).
Y me refiero a que esta droga es mi serie… Perdón, esa serie es mi droga porque es uno de los pocos contenidos audiovisuales de los últimos años que cada vez que veía un capítulo tenía ganas de ver el siguiente (hasta aquí todo normal), pero incluso sabiendo que el siguiente episodio iba a provocarme una subida de la ansiedad en un 3.000, aún más del que había visto con anterioridad.
Llamadme masoca, os lo permito. Pero es que «Carmy» & Co. han conseguido lo que pocas series han logrado en lo largo de mi corta vida (si la comparáis con los años que tiene esta Tierra o los años del estreno de la primera obra de teatro, soy joven. Vale!), ponerme en tensión máxima con el lenguaje audiovisual y su ritmo frenético. Y eso que no no soy cocinero para nada (me gusta la cocina por eso), pero incluso estando alejado de este campo y sin conocer muy bien el trasfondo de una cocina, esta serie logra que estés viviendo el día a día de una cocina con todo su estrés. No entramos ya de esos PRIMERÍSIMOS PRIMEROS PLANOS de nuestros personajes, que pareciendo Selfies de telenovela, consigues entrar en la mente de nuestros protagonistas.
Y hoy, después de 1 año de espera, se ha estrenado la tercera y ansiosa (porque no decirlo) temporada. Y con todos los capítulos en línea y solo habido visto el primero, puedo asegurar que el nivel de storytelling se encuentra OVER 9000, así que agradezco que este tipo de series sigan en emisión.
Me arrepiento siempre, de que ver algo en la tele en que se que voy a pasar mal, no vale la pena. Pero The Bear se encuentra en otro pedestal. Es de esos guilty pleasures que sabes que te van a hacer daño, pero incluso así los consumes… Y con gusto.
Así que os vengo a decir por aquí que voy a seguir disfrutando de los últimos capítulos para cerrar esta última temporada estrenada en Disney Plas y después voy a recuperar el aliento n poco.
Lo dicho, este tipo de Oso se encuentra en extinción, y deberíamos (como el resto de animales vivientes en la tierra) conservarlo con mucho cariño.
Deja una respuesta