{DAY 3 | 364 WORDS}
Hoy nos hemos cruzado la mirada en el tren. Íbamos leyendo el mismo libro. Fue una conexión inmediata. Como si ese viaje de tren hubiese sido destinado para nosotros.
Ella se subió una parada después de la mía, la mente conectada al libro, para mi en aquel entonces no había nadie más que los personajes que me acompañaban en esa aventura en una campiña inglesa de principios del siglo XX. Debía ir por la página 75 aproximadamente.
Siempre que la gente se sube, intentó buscar caras conocidas, gente con la que coincidí en otros trayectos, pero esa vez no fue el caso. Para mi todos en ese vagón eran extranjeros de viaje que me acompañarían durante un rato sin intercambiar palabra. Está bien, todos respetando los espacios personales inquebrantables.
Con la música puesta es complicado inmiscuirse en conversaciones ajenas, cosa que como amante de crear historias, estoy encantado de intentar adivinar qué historia hay detrás de cada una. Siempre protegiendo la identidad de las personas que gritan entre vagones. Esta vez estábamos mi libro y yo.
Sería por la página 82 que levanto la vista y está ella a punto de bajarse la que parecía su parada, levantando el libro como si fuéramos conocidos de otra vida. Me sonríe apuntando a su libro y señalando el que estoy leyendo. Por una milésima de segundo, entre el pitido de apertura de puertas y que la gente empezaba a bajar, fuimos cómplices de un atraco literario. Donde los dos nos llevamos el mismo libro para leerlo allí en ese viaje de tren.
Se baja y se va en dirección contraria al destino del tren. Y como si nuestra historia hubiese empezado y acabado allí mismo. No nos volvimos a ver. Ahora siempre que empiezo un libro, me queda la esperanza de que allí estará ella leyendo la misma historia. O incluso mejor, leyendo otra aventura que un día sueño compartir. Lo mejor es que nuestros caminos tomaron rumbos diferentes para que luego, en un punto de nuestra vida, se vuelvan a encontrar y compartir lo maravilloso que fueron nuestras historias por separado.
O a lo mejor es simplemente una ficción de libro que nunca tendrá lugar…
MARC RECODER
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