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GARY VITTY, INVENTOR DE LA GRAVEDAD

BRIAN VITTY (Venecia, 1847- Cardona, 1932), también conocido como BrianVitty, Jr., según sus seres más allegados. Se cambió el nombre a GARY VITTY tras hacerse con el título de inventor de la gravedad en 1885, tras un viaje de psicotrópicos. Hasta la fecha nadie le ha llevado la contraria y así sigue vigente en la patente CFR654/T764-85. Además de su supuesto título como inventor, ha publicado dos libros a lo largo de su vida: 

  1. Cómo la gravedad vino a mi y me enseñó todo lo que sé (1900). Publicado por la Editorial Gravitacional. 
  2. La gravedad de ser un genio: 10 pasos para que no se te suba la fama a la cabeza como a mi (1930). Publicado por Editorial Órbita. 

Nacido del fruto de la cópula de sus dos parientes, Jonathan Vitty & Gertrudis Hurt, en una góndola veneciana. Mismo escenario donde dieron a luz a Brian. Cabe destacar que la luz de la luna que se proyectaba en la góndola dió lugar a que así se llamase su primogénito. Según la leyenda que se escampó por toda Venecia, así se llamaba el mismo gondolero que los transportaba de un lugar a otro de la ciudad. 

Desde bien pequeño Brian demostró inquietudes por el deporte de tierra. Ya que por circunstancias que no se supo hasta la fecha, Brian tenía un pánico increíble al agua. Amigo de sus pocos amigos y persona solitariamente extrovertida. Pero con aptitudes extraordinarias. Su padre, cuentacuentos profesional, le enseñó todo sobre el mundo inculcando la inquietud de inventarse historias desde pequeño. 

Brasil, Argentina, Suecia y Finlandia fueron países que le hubiera encantado conocer a Brian, pero debido a su limitaciones para comunicarse nunca pudo viajar más allá de su ciudad en la que se había instalado recién cumplido los 3 años, Cardona. 

Las mina de sal fue su patio, y donde a sus 38 años, le convirtió en un ente a admirar en toda Cardona y alrededores tras proclamarse inventor de la gravedad. Nadie antes había reclamado dicho título. 

“No fue algo fácil. Se encontraba a nuestro alrededor, y fui yo quien puso ojos a lo que se conoce como gravedad. sabía que el vivir durante más de 15 años en las salas de exploración de la mina, tendría su recompensa” Declaró Brian tras salir en un estado poco aconsejable para un humano.

“Deliraba y decía cosas inconexas” fueron declaraciones del capataz que rondaba por la zona al rescatar a Brian. “Parecía que no estaba en sí. Cómo si se hubiera esnifado toda la sal de una sola sala”

Brian pasó dos meses en coma y al volver en sí, lo único que dijo fue: “Me llamo Gary Vitty, inventor de la gravedad”. Y desde entonces se quedó con el título de inventor de la gravedad. 

Dos años después fue llamado a declarar en los juzgado internacionales porque un tal Oz Ono, ya había reclamado el título de inventor de la gravedad diez años antes. Pero su juicio fue rechazado, porque ya para aquel entonces Gary, tenía pruebas de que él era el único inventor de la gravedad. 

Tras aquellos mediáticos acontecimientos, que fueron comentados por los principales medios de papel de la época, todo acabó bien para la familia Vitty. Ganando el juicio y renombre a nivel Internacional. Pudiendo viajar a Brasil, Argentina, Suecia, Finlandia entre otros. Pudiendo divulgar la palabra gravitacional. 

Brian, vivió felizmente durante sus últimos años haciendo de coach motivacional sobre la gravedad y compartiendo sus conocimientos por todo el mundo junto a su esposa y sus dos hijos, que también siguieron los pasos de su padre como inventores. Janet Ness, su esposa lo amó y le creyó durante toda su vida. 

Su primer libro: Cómo la gravedad vino a mi y me enseñó todo lo que sé causó furor entre las masas, llegando a ser traducido a 4 idiomas diferentes, incluso se propuso enviar un ejemplar a la luna cuando se inventase la máquina que volase al espacio exterior (Verifique “Nave Espacial” en nuestra Pedia). 

Gary Vitty, también conocido como Brian Vitty Jr. murió a los 85 años en su Cardona natal, pidió a sus familiares que lo incineraran y repartieran sus cenizas en la sala de la mina de sal que le hizo famoso. “Siempre quise ser una preciosa estalagmita” fueron sus últimas declaraciones antes de fallecer el 1 de agosto de 1932. 

Casi 90 años más tarde se investiga si de verdad fue inventor de la gravedad o si sus palabras fueron simplemente invención por la locura causada por la ingestión vía nasal de sal de la mina de Cardona. 

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