Recoge tus cosas mañana por la mañana. No te quiero ver más por aquí. Me dice la inquilina al descubrir que le robé un trozo de queso de la nevera, cuando claramente ella fue la que me recalcó tres veces que podía comer cualquier cosa que quisiera de la nevera. Pero por lo visto justamente ese día que se lo cogí prestado fue el único día que no se podía.
No quería discutir. Solo era lunes por la mañana, inicio de mes y tener cruce de palabras elevadas con mi compañera de piso, aka la inquilina desagradable, era lo único que podía hacer que el día fuera de mal en peor. No supe ver lo que estaba por venir. Así que decidí ir a pillar mi bicicleta para ir al espacio de trabajo colaborativo que suelo ir todos los lunes para poder tener reunión semanal con el equipo. En una sala para mi solo y paz total, así que voy a por ello. Desconectar de todo eso.
Mierda, quien es el el dueño que poco ama a su perro y menos a la sociedad por no recoger las heces de su mejor amigo y tiene las ganas de ganarse enemigos. El enemigo: Yo! A quien en su santo juicio no recogería la mierda de su propio perro en un día soleado como este, acaso es de ese tipo de persona que no tiran de la cadena al hacer caca?! Gente indecente.
Doble mierda, no me acordaba que el viernes ya escuchaba algo desinflarse al aparcar mi bicicleta donde siempre. Pues resulta que la rueda delantera se fue al otro barrio, desinflada. Un pequeño grito y a seguir. Los 5 minutos que tardaba en llegar en bicicleta hasta el centro, me va a llevar 12 caminando. Con todo lo que he vivido con ella, toca dejarla atrás hasta nueva revisión.
Es posible que hoy sea el día de la pasión… De los 12 minutos que tardo caminando hasta mi destino, los duplico por haber pillado todos los semáforos en rojo.
«Mec» posiblemente sea mi onomatopeya que más odio «Mec» hacía tiempo que no la escuchaba «Mec» a quien le gusta una advertencia de fallo «Mec» para no dejar entrar a tu destino «Mec» el guardia me mira «Mec» y no dice nada «Mec» intuía su odio hacia mi «Mec» esto me lo confirma «Mec» le miro mal «Mec» y ahí mi décima y último intento «Bip» apunto de dejarlo todo y consigo entrar en las oficinas de coworking.
Llego simplemente 10 minutos tardes y todas las salas individuales ocupadas, me toca sentar en una mesa de 10 personas cada uno con su teclado con volumen 10 en cada teclear y sus audífonos que se escucha todo. Solo me queda prepara las cosas e ir por el café (que a menos es gratis) y empezar la reunión.
«MÁQUINA FUERA DE SERVICIO. CAFETERIA ABIERTA. DISCULPEN MOLESTIAS». Nada, ni siquiera ese momento está hecho para ser disfrutado, 3 euros 20 me ha costado la broma y encima café recalentado de viernes.
Vuelvo a mi asiento profesional y ya no somos 10, sino 11 y encima al lado mio se ha sentado sin dejar apenas espacio para respirar.
Mala conexión con el Wifi. Ya lo intuí al entrar en el Coworking y que mi móvil no se conectara, pero vaya pensaba que solo sería algo puntual. Resulta que no. No Wifi. No work, diría los CEOs de grandes empresas. Así que me toca conectar con el 5G. Serán una par de horas solamente.
La reunión no ha ido del todo mal. Ni del todo bien. Sin sorpresa ya que el proyecto se aplaza medio año más como lo intuía. Pero me veo que se va acumular trabajo para los próximos 72 meses más. Y ni siquiera sé si quiero continuar.
«Mec» intento abrir la puerta de salida «Mec» así según políticas del espacio colaborativo se queda registrado tu hora de partida «Mec» vuelvo a mirar al guardia e intento una mirada de complicidad «Mec» no hay manera «Mec» vuelvo a insistir «Mec» ya me estoy viendo que me tendré que quedar a dormir en alguna de las salas desocupadas «Mec» acaso es esto Japón «Mec» dos intentos más «Mec» y lo dejo «Bip».
Ya fuera! Lo que podría ser un camino de 5 minutos en bicicleta. 10 caminando o 12 con los semáforos en rojo, se convierte en un recorrido a gritos e insultos a la lluvia torrencial que está cayendo de camino a casa. Tardo 16 minutos.
Llego a casa. Mi bicicleta no está. No encuentro las llaves de casa y mis cosas están en la puerta de la calle.
Qué más podía pasar. Ahhh sí: Solo estamos a lunes!
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