Chismesito:
Del latín, Chismus (necesidad de saber qué está pasando); Sitium (Lugar donde ocurre la magia).
Los inicios del chisme es todo un misterio para los expertos historiadores y profesores de universidad y bachillerato.
El primer chisme data de S. I a.C. (Siglo primer antes de Chisme). Aunque muchos conocedores, ubican su aparición junto con el descubrimiento del fuego. Estos datos han quedado difuminado en el tiempo, pero cada vez más adeptos se han sumado a la causa, no para descubrir el origen del Chisme. Si no, para acrecentar el popular noble de crear una historia y alargarla hasta el infinitum compartiéndola con el mundo.
Ya sea una caída en la calle, un robo de luz o un encuentro inesperado con un animal exótico en plena vía Central son datos bases para poder crear una historia que en manos (o bocas) expertas se convierten en historias millonarias para las más prestigiosas productoras de Hollywood. Por eso es tan valorado este arte. De un dato ínfimo, como puede ser una consonante o el número pi, se puede transformar en una pelea entre familias y que la siguiente semana esté siendo noticia de un telediario provincial de un país que aún está por ser descubierto.
Desde los antiguos sumerios hasta actuales griegos se han creado historias que han pasado de boca en boca y, por qué no decirlo, se han distorsionado para favorecer un bando u otro y crear una historia única: «¿Eran 100 los que bailaban el Chachachá o fueron 100.000?» «¿Lo hacían vestidos de cowboy o en traje de neopreno?» En estas circunstancias no es el Cómo sino el Qué se explica. El Cómo se explica viene a través del tiempo.
Por ello, es tan importante el mantener el Chisme (o «Chismesito» según su formalidad) vivo y pasarlo de generación en generación es un acto de valentía que solo aquellos que quieran transferir esos conocimientos lo hacen.
Persistencia y perseverancia en el Chisme es lo que se busca para mantener este arte activo en el tiempo y de suma importancia estar atento a tu alrededor por cualquier cosa que pueda ocurrir y así retener como información. Es de igual importancia el seguir el chismeito familiar como integrar de ajenos, siempre potencia la historia. Según los profesionales, así se consigue mantener a lo largo del tiempo y que no se pierda en la historia.
Según Christopher Chitmus, influente psicólogo belga, ejercer el chisme alarga el conducto neural y consigue mejorar la calidad de vida de los jóvenes de entre los 16-46 años.
En conclusión y con pruebas científicas, el Chisme mejora la calidad de vida desde su existencia. Practicar este noble arte está en manos de todos. Mientras no sea para hacer daño a uno mismo o terceras personas, bienvenido sea el CHISME!
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